26 de noviembre de 2015

HISTORIAS IRREALES EN LAS RAMBLAS. EL PERRO DE ÁGATA.




No se suelen ver muchos perros por las Ramblas. No, las meadas que inundan cada una de sus esquinas no vienen del mejor amigo del hombre. Es poco habitual pasear a un perro por allí, principalmente porque las Ramblas suelen estar abarrotadas de turistas, y sí, son esos turistas los que inundan con su orina cada uno de los rincones de la calle. Pero bueno, el perro de Ágata es distinto. Lo recogió el mes pasado de la perrera que hay en el Tibidabo y le libró de su particular pena de muerte. Es curioso que a los perros abandonados se les condene a morir, no solamente por un delito que no han cometido ellos, sino que encima ellos son las víctimas! Por suerte el perro de Ágata no se hace todas estas preguntas, él sólo piensa en llegar a casa para mearse en la moqueta.

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